Llega marzo, y con este mes empieza el color a estar visible en el jardín. El verde le da paso a las flores… Los días son más largos, la luz hace que todo esté tan vivo…
Esta mañana que escribo, mi pareja desde hace casi 22 años me dice emocionado “Concierto de Metallica este 2024 en España, ¿te apetece?”. Entonces mi primera reacción: “Pues emmm…” Pero la verdad es que me gusta Metallica, él lo sabe, a él le encanta Metallica también.
Claramente identifico que está en un momento “diviértete conmigo”, ven a pasar este rato tan divertido conmigo porque apoyo a la exploración en estos temas no necesita, es un explorador nato.
Es curioso cómo en el momento en que a él se le activa esa necesidad, en ese “cuando-entonces”, empezamos un baile en el que mi respuesta automática suele ser de apatía y falta de ganas y, luego, rápidamente aterrizo en el presente, veo la luz que entra por las ventanas esta mañana de domingo y empiezo a contemplar la posibilidad… Sería muy divertido ir a un concierto de Metallica con él.
Tras el “emmm” inicial y todo mi proceso interno, voy notando como la alegría va despertando en mí y, entonces, él sigue ahí. Los dos sentados compartiendo desayuno. Su cara parece la de un niño frente a un jueguete súper atractivo… Cuando miro su cara empiezo a resonar y a sentir más ganas de ir al concierto…
“Venga, vamos” es lo que digo entonces.
Este pequeño “cuando-entonces” en la relación de pareja tiene la intención de proponerte algunas reflexiones sobre el vínculo íntimo adulto. La relación de pareja se puede entender como una relación de apego. Si esta relación es segura entonces ambos miembros de la pareja son “manos”, uno del otro, ambos miembros de la pareja dan vueltas al círculo.
Encontrar el ritmo del baile sensible a las necesidades de ambos puede ser complicado. Bailar de forma segura en la relación de pareja es todo un reto.
Te planteo algunas preguntas reflexivas, y te animo a apuntar y escribir en tu diario de reflexión. Si no tienes pareja en la actualidad puedes reflexionar retomando memorias episódicas de tu última relación de pareja, o de una relación de pareja en el pasado sobre la que quieras poner un poco de luz.
El foco atencional…
¿Qué conductas o dinámicas de tu pareja o de vuestra relación te llaman la atención?
Intenta escribir una descripción “cuando-entonces”.
Si conoces el Círculo de Seguridad, quizá te animes también con esta pregunta: ¿Cómo te sientes cuando tu pareja sale a explorar? ¿Cómo te sientes cuando tu pareja vuelve a ti necesitando regulación o conexión?¿Dónde te sientes más cómoda o cómodo?¿Cuándo tu pareja sale a explorar o cuando vuelve a ti?
Yendo un poquito más allá, aunque ya está presente desde la primera pregunta que te he planteado, te diría:
¿Puedes identificar tu música de tiburón en la relación de pareja?
Cuando aprendemos sobre el Círculo de Seguridad, la claridad de saber que somos las “manos” de nuestros hijos, sumado a esa fuente de motivación irrenunciable de nuestra intencionalidad positiva para con ellos, hace que sea sencillo comprometerse con nuestra función y con la seguridad en el vínculo.
Son nuestros hijos, nosotros somos los adultos, y sentimos y vemos claro que tenemos que ser y deseamos ser la parte más grande, fuerte, sabia y bondadosa de la relación. Pero ¿qué sucede cuando miramos hacia otras relaciones, como la relación de pareja? Girarnos y prestar atención a esta relación adulta nos despierta muchas dudas.
Bienvenid@s al club
En la última década he dedicado la mayor parte de mi tiempo a aprender y avanzar en seguridad en la relación con mis hijos. En un momento determinado sentí que faltaba coherencia…
Siendo capaz de hacer por mis hijos cosas que no podía hacer por mí, o por mi pareja, o por mi familia de origen.
Pude empezar a elegir la seguridad y jugar en la relación con mis hijos. No se sentía cómodo jugar. La práctica, el apoyo de otras manos en mi reflexión, elegir con frecuencia la seguridad, hizo que ahora sea no sólo cómodo, sino divertido, agradable, genuino.
Pero… ¿Qué diantres pasa que no puedo encontrar diversión en la relación de pareja?¿Quizá esto tiene algo que ver con la forma en que mis padres no eran capaces de divertirse conmigo o de divertirse entre ellos? ¿Quizá cuando yo estaba con ellos no mostraban esa diversión y sucede que a solas sí la tenían?
Y aquí quizá empiece a doler más, porque empezar a reflexionar nos empuja a un proceso vulnerable. Así que respiramos, honramos el dolor, si podemos además honramos de forma empática a nuestros padres y sus dificultades, las cuales fueron a su vez la encarnación de la música de tiburón y las experiencias adversas de sus infancias y las de sus padres, y las de los padres de sus padres…
También podemos reconocer que juzgar y reprochar nos lleva a una carretera sin salida y que el presente nos está dando la oportunidad de marcar una diferencia.
Pues sí, me apetece ir al concierto de Metallica, me apetece divertirme contigo, me apetece que nuestros hijos nos vean prepararlo, que vean nuestras caras alegres y que nos aguanten unos meses con esta música de fondo
-(y aquí mi mente acústica reproduce Ecstasy of Gold)-
Y ahora te propongo,
¿Qué te parecería participar de un taller presencial de dos días en el que pudieras reflexionar sobre tu papel como manos de tu pareja?
Te aviso que es un proceso vulnerable. Bienvenido al club, no es agradable, pero nos ayudará por un lado a ver la seguridad que ya está presente en nuestras relaciones de pareja y por otro a comprometernos con los cambios que ahora podríamos hacer, dando pasos hacia una relación de pareja más segura.
Échale un vistazo. Te animo especialmente a leer los generosos testimonios de varios participantes de la primera edición que hicimos en noviembre de 2023.
Además tu pareja también puede asistir.
¿Qué te parece? ¿empezamos a ganar seguridad en nuestras relaciones íntimas adultas?
Un abrazo sincero y seguro, y disfruta de la música y las flores.