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Es tu compromiso con la seguridad en la relación de pareja

¿Qué es esto?

Tienes un papel importante en que tu relación de pareja funcione bien, y desde el apego seguro te animo a comprometerte con ese papel, ese trabajo en la relación.

Ese trabajo desde el apego seguro en la relación de pareja tiene dos roles distintos: ser manos por un lado de tu pareja, y por otro lado saber manejar la forma en que muestras y negocias tus propias necesidades.

Te muestro el mapa del círculo. La relación de pareja es una relación de apego y como tal, podemos verla con este mapa:

mapa-circulo-seguridad

En algunos momentos te toca ser manos de tu pareja, en otros momentos a tu pareja le toca ser manos.

¿Cuándo os toca?

Cuando el otro emite una señal hacia vosotros de tener una necesidad.
Vamos a verlo sencillo.

Estás en la concina con tu chico y él está cocinando la cena, tu estás apoyada en la encimera disfrutando de poder estar con él y de
cómo se maneja. Entonces él coge de la sartén un poco del revuelto de setas y se gira hacia ti soplando el tenedor y te dice «venga pruébalo». Entonces tú lo pruebas y dices “en su punto”.

Desde el lenguaje del apego seguro del Círculo de Seguridad, tú en ese momento eres MANOS y tu pareja está explorando al cocinar, y puede ser un momento alégrate en mí o un momento estés pendiente
de mí, lo que el otro necesita de nosotras es que decidamos compartir ese rato juntos.

Necesita nuestra atención esté en él, en la relación y cuando esto está
sucediendo, entonces él muestra un diviértete conmigo al ofrecerte un poco de comida. Tú lo pruebas y ambos tenéis la atención puesta en cómo está saliendo de rica la cena.

Ese sería un ejemplo de ser manos.

Vamos a ver un ejemplo en el que manejas y negocias tus propias necesidades.

Un rato antes habías llegado a casa del trabajo, fue un día difícil y estás
cansada, y si bien hoy te toca a ti cocinar, tienes ganas cero.

Tu chico ya está en casa, haciendo algunas tareas con el peque de 10 años, y cuando te acercas a la mesa del salón para darles un beso a los dos, tu chico ve tu cara de agotamiento y ves cómo frunce un poco la boca. Tú sabes que esa es su señal de que sabe que llegas un poco así así.

Entonces tú le frunces más la cara y le dices “sí, al final fue complicado y el cliente ha decidido no contratar el proyecto con nosotros”. Entonces él te dice “lo siento, sé que has puesto mucho
tiempo en ello, se te ve cansada” y das un suspiro mientras acaricias
el pelo del peque y le dices, “sí, y sin muchas ganas ahora de hacer cosas” .

Respiras y le dices “¿te encargarías tú hoy de la cena?” A lo que tu chico dice «ok». pero tiene que terminar antes unos ejercicios y si te encaja que en lugar del pescado al horno, él haga un revuelto de setas, que por cierto, le encanta al peque, que sin problemas

Y respiras. Dices “venga sí, el pescado lo congelamos entonces”.

Fíjate que cosas tan sencillas nos trae un apego seguro, la capacidad de poder elegir la relación y de poder ser manos del otro y  mostrar necesidades al otro y negociarlas. Es un baile en la relación.

Un baile que presenta muchos retos…¿verdad?

Venga, vamos a aprender un poco más sobre ser manos en la relación.
Ser manos implica varios pasos:

El primero es el equilibrio. Tu primer trabajo como manos es aprender a mantener el equilibrio especialmente en esas
situaciones en la relación de pareja que te llevan a dar respuestas a tu pareja agresivas, débiles y ausentes

¿Espera, espera? Pero qué es esto.

Bienvenido al club, la seguridad no va de no perder el equilibrio, si no de aprender a mantenerlo o volver a él cuando lo perdemos, y sucede que a veces podemos dar respuestas agresivas; “No te aguanta ni tu madre”, débiles “ya no sé qué hacer contigo” o ausentes, como cuando estamos tan en nosotros (o en el móvil) que el otro desaparece de escena y no damos respuesta.

Entonces imagina que estabas tan cansada que te sucede esto tan frecuente, en la concina con tu chico coges el móvil y te metes en Instagram y empiezas a mirar cosas mientras el saca los huevos, pone la sartén… y te dices ¡¡espera espera!! Que ya estoy desconectando, y entonces de forma consciente decides apagar la pantalla y dejar el móvil lejos (porque te conoces y has ganado sabiduría, sabes que si está cerca puedes verte en dos minutos de nuevo desconectada chequeando el correo).

Si conseguimos estar en equilibrio, grande fuerte sabio y bondadoso, entonces damos el siguiente paso, que implica poner nuestra atención en nuestra pareja y preguntarnos, ¿está arriba o está abajo en el círculo?

Ok, si supongo que está arriba en el círculo, ¿qué necesidad podría estar mostrando en la relación?

Ok, parece claro que no necesita apoyo en la exploración porque está tan suelto el cocinando, con las ideas claras y la tarea en marcha…
Ummm, entonces sería quizá un estés pendiente de mí, me quedo aquí cerca por si me necesita o quiere hablar, yo estoy sin ganas de hablar de lo mío.

Ohhh, ¡cómo disfruto de estos momentos juntos! La verdad (y tu cara está con ese gesto de que bien estar aquí contigo ahora) y fíjate se gira con el tenedor….
Como manos en equilibrio nuestro trabajo es poner nuestro foco atencional en la pareja e ir observando dónde está, arriba o abajo, y qué necesidad puede estar mostrando.

Y entonces aquí es cuando nos explota la cabeza a muchos.

En el apego seguro, en absoluto tendremos que seguir esa necesidad la mayoría de las veces, no, porque lo cierto es que la mayoría de las veces nos tendremos que hacer cargo, es decir, no seguir la necesidad, o tendremos que reparar rupturas que hemos provocado como manos. ¿Sabías esto? Es cierto que el lema de las manos dice siempre que sea posible sigue la necesidad y cuando sea necesario hazte cargo…

Pero la investigación demuestra que hay una proporción que calificamos dentro del apego seguro: 30/70.

Si conseguimos seguir la necesidad de nuestra pareja el 30% de las veces, será suficientemente bueno, ni más ni menos. El resto de las oportunidades, el 70% de ellas, ser repartirán entre hacerse cargo y reparar las rupturas. Como ves, eso sí, el 100% del tiempo trabajamos por ser manos en equilibrio, si bien con frecuencia tropezaremos, es decir, cometeremos rupturas en la relación.

¿Cómo te quedas con esto?

Suele aliviar bastante, y es que si seguimos constantemente la necesidad del otro…

¿Dónde quedan nuestras necesidades?

Si nos hacemos siempre cargo ¿dónde quedan las necesidades del otro?

Te animo a aprender más sobre el círculo de seguridad y cómo puede ayudarte en tu relación de pareja, a poder ver qué es lo que tu pareja necesita con su mapa, a poder empezar a tener una relación más equilibrada y sana en la que ambos os comprometáis con la seguridad.

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